La infancia y la adolescencia son fundamentales en nuestro
desarrollo como seres humanos. Es cuando se configuran nuestras
personalidades, se desarrolla nuestra visión del mundo y nuestras
maneras de relacionarnos con los otros. Las habilidades y las
herramientas que aprendemos en nuestros primeros años tienen un
gran impacto en el resto de nuestras vidas, y es por eso que la
meditación es un gran obsequio para dar a un niño.
Los niños se enfrentan a muchos retos, como, por ejemplo:
-Una afluencia de energía que puede ser agobiante
-Presión de la escuela y compañeros
-Demandes de rendimiento en estudios y deporte
-Dificultad de construir relaciones saludables con los otros
-Acoso
-Competición
-Baja autoestima
Gestionar sus propias emociones -como por ejemplo la ira, la
decepción, la ansiedad.
La meditación da a los niños las herramientas para afrontar sus
desafíos emocionales y crecer en personas sanas y maduras.
“Si cada a niño de 8 años se le enseña la meditación, eliminaremos
la violencia del mundo dentro de una generación “. – Dalai Lama
¡Todos son bienvenidos!