Tara tiene 21 manifestaciones, cada forma toma un color diferente,
como azul, negro, verde, blanco ..., y cada una ofrece una energía
o virtud diferente para ayudarnos en nuestros caminos espirituales.
De estas 21 Taras, las dos más populares son Tara Verde y Tara
Blanca.
Se considera a Tara Blanca como la manifestación del aspecto
suave y sanador de Tara, complementario al aspecto dinámico,
vigoroso y creador de la Tara Verde, siendo las dos,
manifestaciones de la fuerza vital.
Se considera que en sus funciones está el hecho de concedernos
larga vida, buena fortuna y sabiduría; una larga vida nos permite
tener tiempo para trabajar en el camino de la liberación, la buena
fortuna o mérito nos dará las condiciones necesarias internas y
externas para nuestro progreso, y la sabiduría es la cualidad más
importante.
La historia del origen de Tara, explica que hace muchos años nació
como hija de un rey. Aconteció una princesa espiritual y compasiva,
regularmente ofrecía ofrendas y oraciones. Así desarrolló un gran
mérito, y los monjes le dijeron que, debido a sus logros
espirituales, rogaban para que renaciera como un hombre y pudiera
difundir las enseñanzas budistas. Ella respondió que no había ni
hombre ni mujer, que no había nada en realidad y que deseaba
permanecer en forma femenina para servir a otros seres hasta que
todo el mundo llegara a la iluminación, esto implicaba la ignorancia
de los monjes presuponiendo que sólo los hombres podían
transmitir la enseñanza de Buda. Así, Tara podría considerarse
como una de las primeras feministas.
Otra leyenda de Tara es que nació de las compasivas lágrimas de
Avalokiteshvara, el buda de la compasión